El asesinato de la periodista búlgara Victoria Marinova conmueve a toda Europa no sólo por su brutalidad sino también por su aparente relación con sus investigaciones de casos de corrupción.

 La joven de 30 años era directora administrativa y presentadora del canal TVN. Su cuerpo fue hallado en un parque de la ciudad de Ruse, con signos de un ataque sexual. Había recibido un fuerte golpe en la cabeza y fue estrangulada.

En el canal donde trabajaba, Marinova conducía el programa Detector de Mentiras donde, en su última emisión, entrevistó a los periodistas Dimitar Stoyanov y Attila Biro, quienes se encuentran investigando a una empresa privada de construcción sospechada de realizar estafas con fondos de la Unión Europea.

Una seguidilla preocupante
El crimen de Marinova es el tercero ocurrido en Europa en un año con trabajadores de prensa como víctimas y en tramas vinculadas con hechos de corrupción.

"De nuevo una periodista valiente ha caído en la lucha por la verdad y contra la corrupción", tuiteó al respecto Frans Timmermans, vicepresidente de la Unión Europea.

En octubre del 2017, Daphne Caruana Galiza -quien investigaba un escándalo involucrando al gobierno de ese país en los Panamá Papers- falleció en un atentado en Malta cuando una bomba estalló en su auto a metros de su casa.

Mientras tanto, en febrero, el eslovaco Jan Kuciak, fue asesinado a tiros junto a su novia, Martina Kusnirova, en su casa en la localidad de Velka Maca.

Se sospecha que el doble crimen tuvo que ver con una investigación del periodista sobre varios empresarios eslovacos -uno de ellos vinculado con el gobierno nacional- que habrían cometido delitos fiscales.