El presidente es duramente criticado por la oposición por sus reiteradas ausencias. Sin embargo, un jefe comunal cristinista le enmienda la plana.

Al 31 de diciembre pasado, el presidente Mauricio Macri se tomó un total de 120 días de vacaciones, un promedio de 40 días por año desde que asumió, por lo que lidera la tabla de primeros mandatarios que más vacacionaron en la historia reciente.

Sin embargo, por muy lejos no es el servidor público que más dejó el cargo para descansar o atender cuestiones personales: lo supera largamente un controvertido intendente: Gustavo Melella, jefe comunal de la ciudad fueguina de Río Grande. Fue noticia en medios nacionales por una causa que involucra malversación de fondos públicos junto a exigencia de favores sexuales para conseguir trabajo, pero ahora es otra la razón.

Solo en 2018, Melella se ausentó de su ciudad durante 107 días. Sí, 107 sobre los 365 días del año, lo que equivale al 29 por ciento del tiempo. En sus años de gestión lleva acumulados 676 días de licencia, más de tres meses por año.

Este año la tendencia no ha cambiado, en 75 días se tomó 19 días de vacaciones, lo que baja ese índice al 26 por ciento.

Según destacan sus opositores en Tierra del Fuego, que se nota que no lo quieren, Melella asegura que la mayoría de sus viajes, que son a Buenos Aires, los destina a ver funcionarios nacionales, con los que en realidad no tiene ningún vínculo: Melella adhiere a FORJA, la agrupación del exfuncionario Gustavo López.

Igual, lo destacable de Melella es su regularidad: durante su primer mandato como intendente se fue de su provincia cien días al año, en promedio. Se nota que en su segunda gestión decidió hacer buena letra: también promediando, viajó 92 días al año.