Malestar en el penal de Dolores por las condiciones de detención "VIP" que disfrutan ocho de los diez imputados por el homicidio de Fernando Báez Sosa. El resto de la población carcelaria denunció que tienen beneficios "sólo por tener plata" y que, desde que los trasladaron a la cárcel, los "presos normales" perdieron beneficios, como los día de visitas de sus familiares. 

Ernesto, uno de los "presos comunes" de Dolores está preso por robo. Pasa sus días en una celda de dos por dos, que comparte con siete reclusos. "Tenemos sólo una cama cucheta y el resto duerme en el piso. Nos vamos turnando. Estos chicos están en la alcaidía, en una habitación enorme y cada uno tiene su cama. Están de vacaciones, no están presos", denunció en diálogo con el canal Crónica.

"Nosotros tenemos letrina, ellos tienen inodoro. Nosotros nos duchamos entre todos, ellos no. Ni siquiera sé si no tienen una ducha especial", sumó el preso. "Los tienen como a reyes porque tienen plata. No soy inocente, porque robé y lo estoy pagando. Pero, ¿por qué fui a robar? Porque lo necesitaba. No es que me levanté y dije: 'Hoy voy a robar'. Estos 'rugbiers' mataron a un pibito inocente que no tenía nada que ver".

El recluso señaló que los imputados se encuentran alojados en la alcaidía y que no comparten ningún espacio con el resto de la población carcelaria. Su llegada, además, modificó la rutina del resto de la población. "Tienen privilegios porque tienen plata y porque todo es mediático", sumó, al tiempo que reconoció que los horarios de visita del resto de la población fueron modificados. "Perdimos los pocos derechos que teníamos. Desde que llegaron los rugbiers, a los presos normales nos hacen la guerra", alertó. 

"El día de mañana, si quedan diez o quince años presos, no van a estar en una alcaidía. No sé hasta cuándo los van a poder cuidar. Si cualquiera entra por un homicidio en la calle, lo meten de una en un pabellón común y corriente; no en la alcaidía".

Según trascendió, el abogado de los imputados, Hugo Tomei, solicitará en los próximos días al penal de Campana, ubicado a pocos kilómetros de la ciudad de Zárate en la que viven los familiares de los investigados, amparándose en el principio de arraigo que casi no se cumple en el caso de los 50 mil internos de la provincia de Buenos Aires. "A mí también me encantaría estar cerca de mi casa, pero no es el caso; no me lo dieron, ni me lo van a dar".

"La Justicia tendría que ser para todos igual. Yo robé, no hice nada bueno. Pero estoy pagando mi condena. Los rugbiers deberían estar como todos los presos de acá. Pero porque soy negro y no tengo plata, no tengo los mismos privilegios".