martes 23 de abril de 2024 - Edición Nº2952
Primer Argentino » ARGENTINA » 19 mar 2020

Una provincia que naufraga ante la crisis

La gestión del gobernador Gustavo Melella parece naufragar en un voluntario ostracismo, retraído en el círculo íntimo de sus funcionarios, la demora para tomar decisiones y la sobreactuación desmedida.


UNA PROVINCIA A LA DERIVA ANTE LA CRISIS 

La gestión del gobernador Gustavo Melella parece naufragar en un  voluntario ostracismo, retraído en el círculo íntimo de sus funcionarios, la demora para tomar decisiones y la sobreactuación desmedida. 


El gran problema que actualmente vive la población mundial, en el que nuestro país no es la excepción, ha expuesto una serie de falencias que son preocupantes para la vida de los fueguinos. La primer muestra de incapacidad para el diálogo se manifestó el día uno de gestión al presentar un proyecto en la Legislatura a todas luces anticonstitucional, que tuvo que ser retirado. Ahora, la situación sanitaria respecto del Coronavirus han demostrado que el gobierno de la provincia está actuando detrás de los problemas, con síntomas de improvisación más que de gestión.


Melella, trató por todos los medios de excluir a los Municipios en el armado de los trabajos de prevención del COVID-19. No se los convocó al Comité de crisis, ni tampoco a las cámaras empresariales, ni a los efectores privados de la Salud como si no formaran parte activa de la provincia.
Hubo una reacción tardía en cuanto a las medidas a tomar con los turistas que llegaban a la ciudad de Ushuaia en los cruceros, no se supo en principio qué cantidad de posibles afectados por el virus había o sospechosos de poseerlo, hasta que los programas televisivos de Buenos Aires dijeron que había infectados en Tierra del Fuego. Incluso existe la fundada sospecha de que el gobierno pretendía ocultar los datos el mayor tiempo posible, ya que en el Laboratorio, la información fue suministrada a las autoridades varias horas antes de que se hiciera público. 


El sistema de Salud de la provincia, continúa atravesando por una situación crítica, con falta de personal, de insumos, con conflictos de índole salarial en el sector por falta de acuerdo con los trabajadores a los que se le prometió que iban a vivir mejor.
Se negó el desabastecimiento de mercadería en la provincia, y desde el domingo estamos viendo a los vecinos que se abarrotan en los supermercados llevándose todo lo que puedan, y se observan góndolas vacías. 


Como si fuera poco, en plena pandemia, el director del Hospital Regional  Ushuaia, Carlos Guglielmi estaba haciendo trabajos de jardinería y la vicegobernadora estaba comprando stock de comida en en la cadena mayorista Diarco, para no quedar desabastecida claro. El lema “Vamos a vivir mejor” aplicado a los jerarcas de FORJA y del MOPOF en su máxima expresión y muy lejos de que la población de Tierra del Fuego pueda vivir mejor. 

 

LA PROVINCIA ES RESPONSABLE DEL SISTEMA DE SALUD
Es el gobierno de la provincia quien debe hacerse cargo y asumir absolutamente toda la responsabilidad en materia sanitaria. Más aún en este momento en el que el Ejecutivo Nacional a adoptado medidas tan importantes para la prevención del COVID-19.
Sin embargo, el rol preponderante que han tomado los Municipios que son el primer eslabón en la cadena con la comunidad, en cuanto a prevención, campañas de información, distribución de productos para el cuidado de la gente, hace ver la carencia y la falta de presencia de quien tiene la máxima responsabilidad en este sentido.
La falta de apertura al diálogo, la no convocatoria del comité de crisis a los sectores involucrados de la provincia, no hacen más que alejar al Gobierno de la provincia de los vecinos y vecinas, que ante esta pandemia declarada por la OMS, tienden a sentirse desamparados por un Estado provincial y acompañados por el Estado Municipal.

LOS COSTOS DE LA SOBREACTUACIÓN
Para disimular el haber llegado tarde en todo, el Gobierno provincial salió a tomar medidas a las apuradas, militarizando la sociedad y aplicando sanciones draconianas a los médicos y enfermeros que reportaban la crítica situación del sistema sanitario y sus dudas, válidas, sobre la veracidad de la información pública. 
Las medidas adoptadas con total desprecio y sin consentimiento con el sector turístico, empresarial, industrial y comercial tendrá serias consecuencias para el futuro de la provincia.
Por supuesto que la salud es lo más importante, pero poder comer y trabajar también lo es. La temporada invernal ya está perdida, ¿Quién quisiera volver a un lugar, que por el solo hecho de ser extranjero, le dicen, “vuélvase a su casa”? ¿Quién elegiría pasar el invierno en Ushuaia? ¿Qué seguridad brinda una provincia cuyo sistema sanitario pasó del paro al colapso? Son todas preguntas que nos llevan a preguntarnos, ¿Quién va a pagar el costo de la sobreactuación?  Sin dudas no serán los empleados públicos, quienes cobrarán en cuotas, demorados, diferidos o como sea. El problema son todos los privados, comerciantes, cuentapropistas, monotributistas, industrias, emprendedores turísticos, profesionales que sin trabajar, no cobran y sobre quienes cae la carga impositiva más grande y son los responsables de sostener y bancar la estructura del estado provincial, cuyos beneficios en materia de salud, está muy lejos de garantizar tranquilidad para la vida y la salud de los fueguinos.

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