En una medida que parece copiada del Régimen Chino, el Gobierno de Tierra del Fuego implementa una app para el control total de sus ciudadanos. Al respecto, una de nuestras lectoras, que pidió conservar el anonimato, elaboró una interesante nota editorial sobre los peligros de permitir tal invasión a la privacidad, que roza lo inconstitucional. 

El pueblo de Tierra del Fuego acompaña las medidas de prevención para evitar contagios por la pandemia. Indudablemente un signo de enorme madurez, incluso sabiendo que la situación económica es y será extremadamente delicada. Se cumple el aislamiento y se respetan inclusive los días de circulación de personas y vehículos dispuesto por el gobierno provincial. Pero ahora, sin comprender las razones y los motivos, la ministra de Gobierno Adriana Chapperón anuncia el uso de una aplicación donde ciudadanos y ciudadanas tendrán que entregar todo tipo de datos sobre la vida personal, incluso la georreferencia para ser ubicados.

No se te está yendo la mano Melella? No estarán tomando decisiones que van mucho más allá de las que tienen que ver con medidas de prevención sanitaria? No te estás cebando con las restricciones a las libertades?

Bajo el pretexto de la existencia de fueguinos que tardan demasiado en sus compras endurecen las medidas
El gobierno nacional, en un ejercicio federal de construcción de decisiones políticas frente a este flagelo mundial, permitió a los gobernadores y gobernadoras presentar las alternativas que crea conveniente en cada uno de los distritos para flexibilizar la cuarentena y hacer andar muy lentamente un engranaje que frenó de golpe, el de la vida cotidiana. Qué actividades pueden volver y de qué forma, porque seguramente será bajo nuevos procedimientos. Qué parte no entendió el gobernador? Qué parte no entendieron en el gabinete provincial?

Abrir lentamente y cuidar es la idea del presidente.

Espiar todo lo que hacés y retarte permanentemente es la idea del gobierno provincial.

Una vez más, el gobierno provincial estuvo lento de reflejos. Puso a su ministra Adriana Chaperón, siempre enojada e indignada, siempre retando al pueblo como si fuésemos una masa enorme de impensantes, a explicarnos que todas estas medidas las toma el comité de crisis y se ofende cuando se hacen observaciones sobre los tiempos que manejan, las medidas que adoptan y el modo en que lo hacen. Perdieron la oportunidad de replicar en su provincia lo que el presidente hizo en la Nación, tomar decisiones con el respeto que los pueblos se merecen.

Siguen perdiendo un tiempo precioso. Lo hicieron con las obras, lo hicieron con el goteo diario de coparticipación que no llega, lo hacen con el sarasasa de todos los días. Aún estamos esperando ver los avances en el edificio del antiguo Casino sobre la calle Maipú.

La única verdad, es la realidad. Muchos de nosotros no le vamos a entregar la ubicación de GPS de nuestro cuerpo y nuestra alma a una señora que no confía en el pueblo. Lo siento mucho.

El gobierno provincial ha convertido, groseramente, las medidas de prevención en un juego perverso de Gran Hermano. Estamos esperando que nos habiliten de verdad para vender lo que producimos, lo que viste, abriga, entretiene, permite trabajar (en sus domicilios) a nuestros vecinos y vecinas.
No se enojen con los otros, enójense con ustedes mismos por comunicar tan mal, tener pocas ideas, tomar decisiones erráticas, decir y desdecirse, prometer y no cumplir y, sobre todo, por el mal uso de la vigilancia sanitaria.
Son una comparsa, desacompasada. Y en esto, nos va la vida.