sábado 20 de abril de 2024 - Edición Nº2949
Primer Argentino » ARGENTINA » 6 ago 2020

Ahora Melella quiere responsabilizar a Aerolineas

¿QUÉ HACEMOS? Melella primero cerró el aeropuerto, luego pidió reinicio de vuelos, luego reprogramaciones, ahora canalizó todos los vuelos a través de Ushuaia, y nunca diferenció entre vuelos comerciales, humanitarios y sanitarios.


Tras adjudicar el rebrote de casos de COVID-19 en Río Grande a la irresponsabilidad de la comunidad a la hora del cumplimiento de las medidas preventivas y, en menor medida, a que “el Estado relajó sus controles”, el gobernador Gustavo Melella solicitó a Aerolíneas Argentinas una nueva reprogramación de vuelos como medida para intentar revertir la situación epidemiológica de la ciudad.

La innegable aerodependencia de Tierra del Fuego se vio profundizada desde el comienzo de la pandemia y la restricción de vuelos, y obligó al mandatario provincial a gestionar ante la aerolínea de bandera un cronograma que garantice mínimamente la conexión con el continente.

Pero las sucesivas marchas y contramarchas de Melella en sus gestiones ante Aerolíneas en función de la evolución de la situación epidemiológica en la isla, generan confusión e incertidumbre en la sociedad, y una de las consecuencias más notorias es que los llamados “repatriados” se conviertan en chivos expiatorios y en el blanco de un fuerte y permanente repudio social.

Melella pidió el reinicio de vuelos, luego más vuelos, ahora reprogramaciones, cerró el aeropuerto de Río Grande para evitar que el COVID llegara a esa ciudad, canalizó todos los vuelos a través de Ushuaia (situación que se mantiene), decidió que los “repatriados” hagan cuarentena en hoteles de lujo y paguen el costo de estadía sin tener en cuenta la realidad económica de cada uno, y nunca pudo explicar los alcances y diferencias entre vuelos comerciales, humanitarios y sanitarios.

Todo en medio de rumores y suposiciones crecientes sobre la llegada encubierta de “turistas”, “deportistas” y “gente que no es fueguina”, tanto vía aérea como terrestre.

Está claro que el gobernador debe tomar las decisiones necesarias para prevenir y revertir la circulación del coronavirus, por más antipáticas que sean.

Pero también debe haber claridad a la hora de la implementación de cada medida y también en su comunicación para que sean eficaces, evitar confusión, desinformación y hasta estigmatización, como en el caso de los “repatriados”.

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