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Primer Argentino » TIERRA DEL FUEGO » 15 may 2018

Sociedad

Ushuaia: Coleccionistas desplegaron su pasión

El Museo Marítimo le abrió sus puertas a los coleccionistas de objetos que desplegaron toda su pasión, para que vecinos de ésta ciudad y visitantes puedan disfrutar de algunos elementos únicos.


USHUAIA.- El Museo Marítimo le abrió sus puertas a los coleccionistas de objetos que desplegaron toda su pasión, para que vecinos de ésta ciudad y visitantes puedan disfrutar de algunos elementos únicos.

Fueron 16 los amantes de colecciones de objetos antiguos, billetes argentinos, latas de cerveza, juegos de Nintendo, cuchillos, aviones a escala, autos a escala, botellitas en miniatura y juguetes de Star Wars; que participaron de la muestra.

Colección de aviones. José desde su infancia comenzó a coleccionar aviones y en la muestra expuso el primero que llegó a su vida, cuando tenía once años. Se trata de un avión de plástico el cual está muy bien conservado. “Esta pieza está bien cuidada porque era importante para mí”, contó, subrayando que cuando comenzó a estudiar dejó de juntarlos, pero lo retomó cuando regreso a la Provincia.

“Aquí en la exposición tengo una tercera parte. Los dos tercios restantes no los tengo acá” dijo José, quien mostró que un avión de Pan American es muy especial, porque es de la década del 50 y la pudo adquirir a través de Internet.

Lo más nuevo son maquetas que se exhiben en las agencias de viajes que sumó a las aviones a escala. Entre éstos últimos tiene uno de “Lufthansa”, que fue hecho en Alemania Occidental y “cuenta con hélices que no funcionan a pila sino a fricción y tiene muchos detalles de calidad de mantenimiento”, porque son juguetes hechos en chapa.

Lo curioso de la muestra de los aviones es que también se puede obtener un recorrido de la evolución del material que se usa para su confección, comenzando con aquellos que fueron fabricados íntegramente con chapa; otros que cuentan con una mezcla de chapa y plástico y los que son completamente de plástico.

Botellas en miniatura. Darío Berguñan, es coleccionista de botellas en miniatura y aclaró que “no es que me guste el alcohol, sino coleccionarlas”, y que esa pasión comenzó desde los años y ahora, con 51 años “tengo alrededor de 700”.

Al explicar de cómo comenzó el amor por juntar botellitas, dijo que “me llamaban mucho la atención las etiquetas, los dibujos. Por ejemplo vi una vez una botellita de amargo obrero que es un aperitivo argentino, muy viejo, cuya etiqueta tiene un dibujo muy lindo y se ve que ahí me pico el bicho de la colección”. Sobre el origen de las botellitas, contó que “algunas son adquiridas acá, en el mercado local, otras en algún viaje, otras las traen amigos que viajan. Mis amigos ya saben que no quiero regalos de nada, lo único que les pido es que me traigan botellitas. A Papá Noel le pido lo mismo”. Sobre la más preciada, dijo que “me la regaló una amiga que ya no está entre nosotros y tiene para mí un valor sentimental muy grande. Y la más difícil de conseguir, es la próxima, la que está por venir”

Videojuegos. Esteban Romero, colecciona consolas retro. Al respecto dijo que “en mi casa siempre tuvimos videojuegos, pero después que me fui a estudiar regalaron todo y solamente pude conservar un Nintendo con un solo cartucho. Cuando regresé de Córdoba en el 2008 comencé a comprar los que había perdido, los que me gustaban”.

Sobre cómo hizo para conseguir algunos de los elementos exhibidos, dijo que “en Buenos Aires hay muchas casas que todavía venden videojuegos de época de buena calidad, que funcionan. La mayoría de las cosas que ves acá está en condiciones de funcionar por suerte. Yo las uso mucho porque me gustan mucho”.

Al ser consultado si lo suyo era resistir al avance de la tecnología, dijo que no es así “sino que esto me hace recordar mi infancia. Acá traje los más vistosos, las consolas. Tengo videojuegos en mi casa como para tirar para arriba. De una sola consola tengo cerca de 200 juegos. De la otra tendré cien, así que es posible que tenga unos mil juegos, casi seguro”.

Señaló que “sigo coleccionando, lo que pasa es que ahora está muy de moda coleccionar videojuegos y están caros. Pero nunca faltan los amigos que aparecen y te dicen, mirá, tengo esto, te lo regalo”.

 

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