Como consecuencia de este acto voluntario, según se desprende de una serie de pericias preliminares, una de ellas murió -identificada como Alana- y la otra sufrió -Leila- politraumatismos varios por lo que se encuentra internada en grave estado en el hospital Parc Taulí de Sabadell.

El hecho tuvo lugar a las 16 de este martes en el número 4 de la calle Estación, donde acudieron tras un llamado al número de emergencias acudieron varios móviles de la Policía de Cataluña (Mossos d'Esquadra), de la Policía local de Sallent y varias ambulancias del Servei Mèdic d'Emergències.

Los médicos atendieron a las jóvenes y constataron que una de ellas yacía sin vida mientras que la otra acusaba heridas de diversa consideración por lo que se aprestaron a trasladarla de urgencia.

Al revisar el interior de la vivienda, la Policía halló dos cartas manuscritas y firmadas por las nenas, así como también dos sillas que habían sido arrimadas a la baranda con la finalidad de lograr saltar. Con estos primeros indicios, los investigadores descartaron algún un accidente y algún tipo de violencia y todo indica que se trató de algo voluntario, aunque aún no se descartan otras hipótesis.

Al momento del incidente, el padre de las nenas se encontraba haciendo unas tareas en la parte opuesta del departamento, por lo que no se percató hasta que le avisaron desde la calle

¿Las gemelas sufrían bullying?

Fuentes del Ayuntamiento de Sallent confirmaron que las gemelas pertenecen a una familia argentina conformada por padre, madre y un hermano menor, que llevaría poco más de dos años en esa población tras haber residido en otros municipios catalanes.

Si bien mediante un comunicado la Secretaría de Educación local descartó que tengan registrado que las preadolescentes sufrieran algún episodio de bullying, fuentes de la investigación señalan que ambas estaban "pasando por una mal momento"; al parecer, desde su llegada al Instituto Llobregat de Sallent donde eran alumnas, habrían padecido burlas e insultos a causa de su acento argentinas.

Kevin, un primo de las víctimas, habló con la prensa que montaba guardia en la puerta del edificio y confirmó que padecían acoso constante por parte de chicos de la comunidad de Sallent, y que a causa de eso la familia había hablado con algunos padres y hasta tenían cita con apoyo psicológico.

Pero según trascendió, los problemas con el grupo se intensificaron cuando una de las niñas, precisamente Alana, que murió al caer, solicitó en el Instituto que quería que la llamaran con un nombre masculino. Aparentemente la joven habría manifestado en su casa que quería iniciar un proceso de cambio de sexo.