miércoles 19 de junio de 2024 - Edición Nº3009
Primer Argentino » ARGENTINA » 7 abr 2019

Nacionales

La crisis que duele: cada vez hay más denuncias por comida barata pero podrida

El caso de una pareja que compró, en una rotisería, empanadas que tenían gusanos, se enmarca en una realidad preocupante: por la crisis, cada vez se adquieren más alimentos a bajo precio y en condiciones inadecuadas.


El caso sucedió en la localidad neuquina de Villa La Angostura, cuando una familia compró empanadas para comer en su casa, pero tuvieron la desagradable “sorpresa” de que contenían gusanos. La situación no es aislada, ya que se trata de otra cara de la crisis económica, con el consumo generalizado en todo el país de comida literalmente podrida, que se compra a bajos precios en condiciones inadecuadas, originando un aumento de las denuncias, pero también convirtiéndose en un problema de salud de la población.


En diálogo con POPULAR, Pedro Busetti, titular de la asociación Defensa de Usuarios y Consumidores (DEUCO) alertó que “la problemática con alimentos en mal estado se viene generalizando y pedimos a la gente que realice la denuncia en los organismos correspondientes de bromatología, que se deben comprometer a realizar seguimientos preventivos, porque la crisis económica actual está impactando de esta manera, brutal, en los sectores de la sociedad más vulnerables, donde se hace lo que se puede para sobrevivir”.

El hecho en Neuquén fue denunciado por un vecino de Villa la Angostura, quien junto su familia se llevó una desagradable sorpresa. Es que habían comprado empanadas en una rotisería y adentro tenían gran cantidad de gusanos. A través de una carta de lectores al portal “La Mañana de Neuquén”, el hombre relató lo ocurrido y aseguró que realizará la denuncia correspondiente en el área de Bromatología. Según el texto, compraron dos docenas de empanadas y, al llegar a la casa, empezaron a comerlas.

 

Mientras la pareja y su pequeña hija cenaban, charlaban sobre el gusto de la comida y el hombre le señaló a la mujer: “Tienen un sabor un poco extraño, no tiene sal ni ningún tipo de condimento como para darle un buen sabor’. A los pocos minutos, la pareja se dio cuenta por qué tenían ese sabor particular al advertir que ‘estaban extremadamente sazonadas a base de gusanos’”, según la propia definición del denunciante.


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El episodio no es aislado, sino que al contrario, las denuncias en todo el país sobre situaciones similares vienen en aumento. “Es muy difícil hacer un seguimiento del número de denuncias, porque cada municipio del país tiene su departamento de bromatología para realizar controles preventivos sobre los alimentos, la conservación, manipulación y otras cuestiones importantes”, dijo Busetti.

Asimismo, el experto explicó que “es necesario remarcar que tenemos un problema grave, producto de la generalizada crisis económica del país, y la necesidad de la población de comprar alimentos pero cada vez con menos margen”, precisando que “no se trata de culpabilizar a quienes elaboran alimentos como pueden para venderlos y tampoco poner el foco en quienes los compran en condiciones complicadas, ya que se trata de personas que están intentando sobrevivir”.

“Los sectores medios y altos de la sociedad tienen mecanismos distintos para que se respeten sus derechos en términos del consumo de alimentos. Para comenzar, se debe decir que tienen acceso a productos más cuidados. En los sectores de ingresos bajos, la gente compra lo que resulta más barato. Lo que pueden. Por eso se multiplican las ferias en las plazas de los barrios. Hay espacios donde los manteros se cuentan por centenas, y muchos ofrecen alimentos, que no se sabe cómo fueron producidos y se ofrecen en condiciones que no son óptimas. Pero no hay otra opción. Es eso, o nada en la panza”, señaló el titular de DEUCO.


En ese sentido, dijo que “no se trata de un problema exclusivo de barrios pobres del conurbano o de las provincias, porque en plena Capital Federal funciona con el mismo mecanismos en lugares como Mataderos o Parque Centenario, y los controles preventivos tampoco aparecen, justamente porque quienes ejecutan las actuales políticas económicas saben que esta es una de las consecuencias, y la gente sale a buscar comida como le resulta posible”.

Finalmente, Busetti explicó que “una consecuencia del consumo de alimentos que no están en buen estado es que los consumidores están más expuestos a enfermedades, entonces hay un problema sanitario serio”.

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