El notorio silencio del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación Fueguina ante la suspensión de actividades en cinco escuelas de la provincia, por problemas de mantenimiento y falta de personal de maestranza, marca un renunciamiento al histórico reclamo gremial y deja al desnudo su alianza política con el gobierno de FORJA.

La semana pasada, en nuestra Ciudad, fueron las escuelas 22, por falta de agua; la 9 y 24, por pérdida de gas; y la 48 por falta de personal, mientras que en Río Grande fue la escuela 14 la que no tuvo clases por los trabajos de refacción que se están realizando en el edificio.

Esta vez, la pérdida de días de clase, no produjo ni la más mínima protesta por parte del gremio que, desde hace más de 20 años mantiene una política de denuncia pública sobre la problemática.

Atrás quedaron los duros comunicados, los detalladísimos informes de la Comisión de Infraestructura del gremio docente.  

El silencio, de la Comisión Directiva docente, deja al desnudo su alianza con el gobernador Melella. Lo que por sí, no es bueno ni malo. Es política.  

Y es en este marco político, que parece que la defensa al derecho a estudiar de los alumnos, durante la gestión de Rosana Bertone, era en verdad un slogan de campaña.

Ya no importa que miles de alumnos no tengan clase, ahora la prioridad es cuidar a Melella.