Según reportan medios locales, los magistrados —dos mujeres y un hombre— señalaron que el presunto violador no pudo haber cometido el delito porque su personalidad era de “tipo tímido”.

Además, refiriéndose a la figura argumental llamada “la máxima de la experiencia”, concluyeron que la ropa interior roja era señal de que la denunciante buscaba seducir al acusado: “Este tipo de atuendo interior femenino suele usarse en ocasiones especiales para momentos de intimidad.”

Esta determinación ha despertado la indignación en Perú. El dictamen provocó que la Oficina de Control de la Magistratura (OCMA) de Perú investigue el caso.

La Fiscalía también ha solicitado la nulidad de la sentencia y que haya un nuevo juicio.

Por su parte, el el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables de Perú rechazo los argumentos usando en la sentencia, arguyendo que se tratan de un razonamiento revictimizante.

Los hechos tuvieron lugar en enero de 2019, cuando la presunta víctima, de 20 años, aceptó acompañar al acusado, de 22, durante una gestión administrativa en una institución.

Tras ello, el hombre la habría invitado a un local de ocio donde bebieron alcohol. La denunciante señaló que el presunto agresor le instó a beber constantemente, y tras una única copa de vino, ella perdió el conocimiento. Al despertar, se encontró desvestida en una cama de la vivienda de su presunto agresor.