A mi no me da vergüenza decirlo. Fui adicta, estoy limpia hace cuatro años y esta adicción fue consecuencia de lo que me pasó”, expresó.

Y agregó que “tratando con mi psicóloga hablando de mi comienzo en el consumo, salió lo de la violación”.

“Yo me vine a vivir a Río Grande a los 9 años. Mi mamá al poco tiempo trajo a esta persona acá, nosotros ya estábamos en el norte. Pero allá no había pasado nada, yo tenía una abuela muy sobreprotectora. Y mirá que sabia la abuela, no lo quería a este tipo”, dijo Belén.

La mujer relató que sufrió la primera violación a los 10 años y que su madre la miró con “cara de odio”: “Me levanté con mucho dolor en el bajo vientre y cuando fui al baño vi que estaba sangrando”, manifestó.

“Esta pesadilla duró hasta los 15 años o 16. Ahí empecé a escaparme y me quedé embarazada”, indicó.

Además, la denunciante apuntó contra su madre: “Yo hablé con mis amigas, les conté lo que pasaba y ellas me venían a buscar. Ahora estoy buscando para que puedan ser testigos”.

Belén dijo que “nunca hubo compromiso de mi madre, yo tenía una psicóloga y psiquiatra que me atendían, ni el gabinete de la escuela ni “Mi primera escuchó mi historia, mi tía la confrontó a mi mamá y la obligó a mi mamá a hacer la denuncia. Nos fuimos a la guardia del Cemep y cuando entramos, mi mamá le dijo al pediatra que yo tenía un dolor en la zona lumbar, no le dijo nada y yo me quedé callada mirando para abajo porque no podía. Ahí habré tenido 12 o 13 años”.

“Quiero agradecer a toda la gente de Santa Mónica en el AGP, que me dieron todo el apoyo para que pueda salir de la droga, yo sola fui a buscar ayuda”, añadió.

Por otro lado, Belén dijo que “ella se va a tener que enfrentar a la justicia, si tanto le gusto más un hombre que su propia hija, ahora que se haga cargo de sus consecuencias”.